Hace ahora diez años Hektor Llanos me dio la oportunidad de entrar en el mundo del triatlón por la puerta grande: ni más ni menos que siendo su entrenador, cuando yo apenas sabía que este deporte consistía en nadar, andar en bicicleta y después correr. “No importa” me dijo, “confío en ti”. También su hermano Eneko decidió depositar en mí esa misma confianza. Tras dedicar un par de meses a estudiar la literatura científica disponible sobre diversos aspectos del triatlón, a evaluar sus resultados en competición, sus cualidades y limitaciones, y a ver vídeos de carreras tanto de distancia Olímpica como de Ironman, nos pusimos a trabajar juntos en el mes de enero de 2002. Dos años después vino Ainhoa, y en 2005 Virginia, pero quien me abrió de par en par las puertas del triatlón fue Hektor.
El pasado sábado Eneko Llanos consiguió una de las más importantes victorias de su carrera, al imponerse a un grupo de grandes triatletas profesionales en el Ironman de Texas. Diez semanas después de la decepción que nos supuso el abandono en el Triatlón Internacional de Abu Dhabi (del que ya hablé en "Casi todo bien... ¡no es suficiente!"), Eneko demostró que aquello no fue más que un accidente, y que su estado de forma y competitividad siguen manteniéndole al nivel de los mejores.
La importancia de la victoria es doble, ya que esta carrera es la que más puntos otorga en el nuevo sistema de clasificación para el Campeonato del Mundo Ironman de Kona, Hawaii. De este modo, Eneko añade a su palmarés una victoria de gran prestigio, y además se encarama al segundo puesto de la clasificación para Hawaii, lo cual nos permite preparar esa carrera con tiempo, con calma y con la tranquilidad que da el saber que no tenemos que competir hasta el mes de octubre con la presión de conseguir la ansiada plaza para Kona.
En cuanto a la carrera de Texas en sí, lo mejor que puedo hacer es dejar que sea el propio Eneko el que os cuente cómo fue.
Hace unos días el periodista de Diario de Noticias de Álava Borja Lazkano nos entrevistó a Eneko y a mí en USP Araba Sport Clinic, aprovechando que Eneko debía hacer una prueba sobre cicloergómetro para valorar su estado de forma y ajustar su preparación de cara al Triatlón de Abu Dhabi del próximo 13 de marzo.
En dicha entrevista, el Campeón de Europa de Triatlón de Larga Distancia (entre otros muchos títulos) afirmó seguir teniendo margen de progresión, con lo que yo estoy totalmente de acuerdo. De hecho, los resultados de la prueba que hicimos ese día indicaron cierta progresión con respecto a los valores obtenidos en años anteriores. Aunque ambos tenemos muy claro que en la competición puede ocurrir cualquier cosa y que cada carrera es un mundo, los dos somos optimistas de cara a esta temporada, que se presenta menos cargada de competiticiones que la de 2010, pero igual de apasionante.
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Una vez más, se ha demostrado que el Ironman de Hawaii es una carrera en la que no cabe la más mínima debilidad, y en la que cualquier error, despiste o problema se magnifica hasta el punto de hacer que triatletas de categoría mundial se pierdan en la clasificación final. Al igual que ocurre en el Tour de Francia o en los torneos de tenis de Grand Slam, en esta carrera se dan cita los mejores en su mejor momento de forma. En el Pier de Kona toman la salida todos los que son y son todos los que están en el mundo del triatlón de larga distancia. A este máximo nivel de participación se suman un recorrido exigente y unas condiciones ambientales extremas, con calor y humedad garantizados y un viento que causa estragos si hace acto de presencia.
Eneko Llanos acaba de dar por concluido el primer ciclo competitivo de la temporada con otro excelente resultado, al terminar tercero en el prestigioso Ironman de Roth, Alemania, con un sensacional tiempo de 8 horas, 2 minutos y 33 segundos. Eneko no se ha bajado del podio en lo que va de temporada, aunque esta vez le resultó imposible subir a lo más alto, peldaño que fue ocupado por el danés Rasmus Henning. En segundo lugar se clasificó el alemán Sebastian Kienle.
Con su estupenda carrera en Roth, Eneko concluye uno de los ciclos más exitosos de su carrera deportiva: hace cuatro meses se proclamó vencedor en el triatlón de Abu Dhabi; después logró el tercer puesto en el medio Ironman de Wildflower, California, uno de los más importantes del mundo; seguidamente venció en el Ironman de Lanzarote por segunda vez en su carrera, para tres semanas después conseguir su octava txapela en Zarautz, proclamarse campeón de Europa de larga distancia en Vitoria-Gasteiz el pasado 26 de junio, y concluir el ciclo con el podio de Roth.
El pasado sábado 22 de mayo tuve la oportunidad de visitar el Albergue Olímpico de Puerto Rico, construido para ofrecerle al atleta puertorriqueño las mejores condiciones para su entrenamiento deportivo. Se trata del centro más completo en la isla y es utilizado tanto por el atleta de alto nivel como por el público en general para celebrar actividades educativas, deportivas, recreativas y de salud.
El Albergue Olímpico es un centro de una gran extensión que le permite agrupar 17 instalaciones deportivas, entre las cuales se encuentran: canchas de múltiple uso, un complejo de béisbol, un centro acuático, un centro de tenis y pista de atletismo, además de gimnasios y diferentes salas deportivas.
Las instalaciones se utilizan para el entrenamiento de las federaciones deportivas del Comité Olímpico Puertorriqueño (COPUR), estudiantes de la Escuela Especializada en Deportes (ECEDAO), atletas profesionales, federaciones y asociaciones deportivas nacionales e internacionales, entre otras.
Pero lo que me lleva a hablar del Albergue Olímpico es la visita al Museo Olímpico de Puerto Rico. En la plaza de acceso al mismo hay un busto del Barón Pierre de Coubertin, en cuyo pedestal puede leerse la siguiente cita del Barón, realizada en Roma en el año 1923:
“Conocerse, dominarse, vencerse, eterna belleza del deporte, aspiraciones fundamentales del auténtico deportista y premisa de su éxito”.
Apenas cuatro horas antes de que yo leyera esta cita, Eneko Llanos se había proclamado campeón del Ironman de Lanzarote, en una carrera en la que tuvo que sufrir muchísimo. Hablé con Eneko pocos minutos después de la carrera, y su descripción de la carrera cobró todo su sentido a la luz de las palabras del Barón Pierre de Coubertin. Os dejo que valoréis esta idea por vosotros mismos, a través del texto titulado “Todo es posible”, extraído de la página web de Eneko:
"Kilómetro 90 de la bici, ruedo en cuarta posición, la carrera por delante se me va, mi mente se llena de pensamientos negativos, no voy bien, se me escapan los primeros, voy a perder la plaza para Hawaii... quien me mandaría a mi escribir en mi web que el de hoy iba a ser un gran día... ¡¡Cállate!! Me grito, paro esa cadena de negatividad, respiro hondo, me centro en mi ritmo, mi frecuencia cardiaca me dice que voy a buen ritmo... tengo que hacer mi carrera, el Ironman apenas acaba de empezar, queda mucho por delante... (Seguir leyendo)"