2012. Año Olímpico. Como cada cuatro años los sueños de millones de deportistas de todo el mundo se harán realidad o se desvanecerán en menos de 200 días. Yo también tengo mis propios sueños y aspiraciones Olímpicas: que los deportistas con los que trabajo lleguen a los Juegos Olímpicos, y que una vez allí rindan a su mejor nivel.
He empezado este año Olímpico en una concentración de entrenamiento con los nadadores españoles en Sudáfrica. Está siendo una concentración muy intensa, tanto en términos de entrenamiento como a nivel emocional. Durante una de las actividades de dinámica de equipo programadas, he compartido con el grupo que desde hace muchos años tengo verdadera pasión por el cine y los viajes. Esto no es nada nuevo para aquellos que me conocéis personalmente, pero puede resultar algo sorprendente para quienes pensaran que el deporte es mi única gran pasión. En realidad, y a pesar de lo diferentes que estas tres pasiones mías puedan parecer, las tres tienen aspectos en común. Como la mayoría de viajeros, normalmente me pongo en marcha para llegar a un destino, pero a través de los años he aprendido a disfrutar también del trayecto. Como espectador me gusta ver el final de una película, pero ver y disfrutar la historia completa es necesario para entender y apreciar el final de la misma.
Acabo de volver de una concentración de entrenamiento en el Tenerife Top Training. Estando allí, comenté a mi buen amigo Paco Angulo, coautor y médico del equipo de fútbol profesional Athletic Club Bilbao, que no encontraba la inspiración y no sabía sobre qué escribir en el blog. El propio Paco fue nadador hace años, y me sugirió que escribiera simplemente sobre lo que se hace durante una concentración de entrenamiento con un equipo de natación de élite. Aunque esto pueda no ser nada nuevo para aquellos de vosotros que trabajéis directamente con este tipo de deportistas, pensé que podría ser un tema interesante para los lectores que no estén directamente involucrados con el deporte de élite. Así que ¡gracias por la idea, Paco!