Estoy de concentración de inicio de temporada con los nadadores del equipo español en Mallorca. Gracias a la gestión del Director Técnico de la Federación, Luis Villanueva, ayer tuvimos el gran privilegio de contar con la presencia del grandísimo campeón de ciclismo en pista Joan Llaneras.
Joan ha sido siete veces campeón del mundo, dos veces campeón olímpico y dos veces subcampeón olímpico. Su palmarés es impresionante. Pero tal vez lo que más llama la atención de este gran deportista es su modestia y su humildad. Nos habló durante tres cuartos de hora, y con cada palabra que salía de su boca iba aumentando nuestra admiración. Nos habló de sus orígenes humildes; de sus dudas entre abandonar la bicicleta o dar el salto definitivo a profesionales; de su paso por el ciclismo de ruta, durante el cual corrió dos Vueltas a España y dos Giros de Italia, principalmente haciendo labores de gregario, hasta que surgió su oportunidad de volver al velódromo. Allí cambió todo.
No tengo ni idea de qué parte de lo que he conseguido se debe al talento natural. Me identificaron como talento cuando hacía ciclismo como pasatiempo a los 16 años, y no tenía intención de convertirlo en mi profesión. Soy una persona a la que le gusta hacer cualquier cosa bien, así que trabajo todo lo duro que puedo porque odio la mediocridad. Sin embargo, tengo la fortuna de practicar un deporte y estar en un equipo en particular en el que se invierte tiempo, esfuerzo y dinero en innovación, para optimizar todas las areas del rendimiento, aportándome el mejor consejo y las instalaciones necesarias para llevar a cabo mi programa de entrenamiento.