Hace unos años, mi querida amiga Heather de Hemet, California, trabajaba en una librería de antigüedades. Cuando la tienda cerró, el propietario le dijo que se llevara algunos libros en compensación por el salario que le debía. Heather encontró un libro de texto de 1860 sobre anatomía y fisiología y me lo envió como regalo, pensando que me podría interesar comparar lo que se sabía entonces con los conocimientos actuales. ¡Qué maravilloso regalo me enviaste, Heather!
Hace poco retomé el libro y encontré material muy interesante que me gustaría compartir con vosotros. Hay muchas cosas buenas en el libro, y tengo la intención de reproducirlas en varios posts. Estoy de acuerdo con algunos contenidos y en desacuerdo con otros, pero estos últimos son interesantes a pesar de todo.
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