Termina el año 2013 y con él quedan atrás 12 meses llenos para mí de luces y sombras. El año que supuso mi regreso al ciclismo profesional, nuevamente de la mano de Euskaltel Euskadi, ha supuesto también el año de la desaparición inesperada de este histórico equipo tan especial, un clásico del pelotón profesional. Lo que comenzó como una nueva etapa para el equipo, caracterizada por la internacionalización y la búsqueda de la excelencia en la manera de afrontar los retos del World Tour, con la presencia en el mismo garantizada durante al menos cuatro años, terminó con el inesperado e inexplicable desmantelamiento del equipo. En el lado de las luces quedan la sensación del trabajo bien hecho, las concentraciones de entrenamiento en La Vila Joiosa y en Sierra Nevada, las pruebas de laboratorio y campo a unos corredores implicados y profesionales, las relaciones con éstos y con el resto de compañeros de trabajo, la luchada y merecida victoria por equipos en la última gran carrera por etapas para Euskaltel Euskadi. En el lado de las sombras, claro está, el trágico accidente que se llevó la vida de nuestro compañero y amigo Rufino, la propia desaparición del equipo y la manera en que se ha producido, dejando a los corredores con poco margen de maniobra para asegurarse la continuidad en el pelotón profesional y a prácticamente la totalidad de directores deportivos, entrenadores, masajistas, mecánicos y demás profesionales sin empleo.
Y como las malas noticias casi nunca vienen solas, el fin de 2013 supone también el fin de un gran proyecto, más bien de una gran realidad llamada Araba Sport Clinic. La interminable crisis que, provocada por la avaricia ilimitada de los poderosos y los corruptos, ha ido dejando un reguero de desempleo, pobreza y pérdida de derechos sociales, se lleva también por delante cinco años de trabajo y de ilusión de muchas personas que hemos contribuido a levantar lo que era un centro de referencia dedicado al deporte y a la salud a través de la actividad física.
Pero 2013 ha sido también un año en que hemos conseguido que equipos de triatlón de Australia, Canadá y Estados Unidos, así como la selección de natación de este último país eligieran Vitoria-Gasteiz para preparar de manera óptima las grandes competiciones internacionales; un año en que contribuí a la formación de entrenadores en Gran Bretaña, Suiza, Italia, Israel, Uruguay, Chile, España y Francia; y un año en que buenos amigos han conseguido o han contribuido a la consecución de grandes logros deportivos: Ainhoa, tras una temporada muy complicada y llena de dificultades, acabó viendo la luz y logrando su primera victoria en una Copa del Mundo; Eneko se impuso en dos carreras Ironman del máximo nivel, además de conseguir su ansiada décima victoria en un triatlón tan especial como el de Zarautz; Fred, Casti y Luis han conseguido que nadadoras como Mireia, Melani y Lauren den un salto cualitativo en sus resultados internacionales; Julio ha contribuido al segundo scudetto consecutivo de la Juve, y va camino del tercero; Joan ha ayudado a Rafa a volver al número uno del mundo cuando todo parecía perdido; Jamie ha hecho de su grupo una referencia mundial en triatlón de distancia olímpica. Mi más sincera enhorabuena a todos ellos.
Desgraciadamente el 11 del 12 del 2013 quedará en mi recuerdo como el día más triste de mi vida: el día en que nos dejó mi madre. Ama maitea, beti izango zara gure artean. Pero la vida sigue, y aunque 2014 se presenta incierto a nivel profesional, no faltan los proyectos, ni faltarán los viajes, el deporte y la ilusión por seguir haciendo las cosas que más me gustan rodeado de la gente que más aprecio.
Soy un lector habitual de tu blog. Como sé que perder a la propia madre es algo duro e irremediable, te envío mis ánimos y un afectuoso abrazo.
Sobre el resto de 2013, me viene a la mente la frase de Rudyard Kipling: “IF YOU CAN MEET WITH TRIUMPH AND DISASTER, AND TREAT THOSE TWO IMPOSTORS JUST DE SAME”. Sin duda tendrás un 2014 intenso y productivo.
Un saludo
Mi más sincera enhorabuena por todo lo que has aportado a nivel mundial en este campo que tanto nos apasiona.
Luces y sombras, siempre serán caras de la misma moneda, la vida.
Muchas gracias por seguir compartiendo experiencias, profesionalidad y una visión tan amena del deporte, la actividad física, la investigación, la fisiología y un largo etcétera.
Feliz comienzo del 2014.
Luces y sombras… que razón tienes. Pero has de saber que hay luces que no se pueden ni deben apagar. Hay luces que quedarán con nosotros para siempre.
Tu sonrisa es una de esas luces. Feliz 2014. Unai y Moniketa.
Iñigo, desde LLeida, un fuerte abrazo. Seguiré leyendote en silencio