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Iñigo Mujika

Fisiología y entrenamiento

Joan Llaneras, un gran campeón que arriesgaba para ganar porque no tenía miedo a perder

Iñigo
Mujika
15 de septiembre de 2011
Joan Llaneras

Joan Llaneras (Foto: Iñigo Mujika).

Estoy de concentración de inicio de temporada con los nadadores del equipo español en Mallorca. Gracias a la gestión del Director Técnico de la Federación, Luis Villanueva, ayer tuvimos el gran privilegio de contar con la presencia del grandísimo campeón de ciclismo en pista Joan Llaneras.

Joan ha sido siete veces campeón del mundo, dos veces campeón olímpico y dos veces subcampeón olímpico. Su palmarés es impresionante. Pero tal vez lo que más llama la atención de este gran deportista es su modestia y su humildad. Nos habló durante tres cuartos de hora, y con cada palabra que salía de su boca iba aumentando nuestra admiración. Nos habló de sus orígenes humildes; de sus dudas entre abandonar la bicicleta o dar el salto definitivo a profesionales; de su paso por el ciclismo de ruta, durante el cual corrió dos Vueltas a España y dos Giros de Italia, principalmente haciendo labores de gregario, hasta que surgió su oportunidad de volver al velódromo. Allí cambió todo.

Joan nos contó cosas que nos hicieron ver que no sólo es un deportista profesional, sino también un enamorado de su deporte, un visionario y un grandísimo estratega, autodidacta en muchos aspectos e innovador. Joan experimentaba personalmente con los materiales y componentes de la bicicleta, con su geometría. Desarrollaba equipamientos que mantenía en secreto hasta el día de la gran competición, con lo que lograba una ventaja técnica y psicológica sobre sus rivales. Nos habló de lo complicado de seguir ganando a pesar de ser considerado por todos el rival a batir. Este hecho le obligaba a innovar, y también a cambiar sus estrategias de competición constantemente. Compitió junto a compañeros a veces elegidos, a veces impuestos, e incluso improvisados como solución de última hora a causa de accidentes o lesiones. Pero esto no le impidió seguir aumentando su colección de medallas y títulos.

Toda su planificación anual y plurianual estaba enfocada a los Juegos Olímpicos y solamente en dos campeonatos del mundo en los que participó no logró subir al pódium: eran campeonatos demasiado próximos a los Juegos Olímpicos que le impedían estar a su máximo nivel en ambas citas. En las dos ocasiones logró ser medallista olímpico pocas semanas después. Según sus propias palabras, se convirtió en un experto en llegar a tope a las carreras más importantes. Para seguir mejorando buscó la ayuda de los mejores entrenadores, de nutricionistas, de especialistas en sofrología. Era metódico hasta el último detalle, y mientras otros ciclistas veían la tele o jugaban a los videojuegos, él estudiaba a sus rivales, veía vídeos de competiciones y analizaba todas las variables que podían afectar al resultado final de una carrera.

Pero sobre todo, sus éxitos están basados en la humildad, el sacrificio, el trabajo y el disfrute. Joan no corría por dinero, no le interesaba ser 5º o 8º para asegurarse una buena beca; él quería ganar. “Arriesgaba para ganar porque no tenía miedo a perder”, nos dijo. Y la apuesta le salió redonda. Su pasión absoluta por el ciclismo le llevó a una carrera profesional de 20 años que culminó con una medalla de oro y otra de plata en los Juegos Olímpicos de 2008. Joan Llaneras, un deportista de leyenda.

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