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Iñigo Mujika

Fisiología y entrenamiento

Genética, entorno y deporte, a los ojos de Richard Dawkins

Iñigo
Mujika
14 de julio de 2010

“Los cambios genéticos y ambientales pueden producir resultados idénticos. Si quisieras criar a un niño humano para ganar un concurso de culturismo y pudieras esperar unos cuantos siglos, podrías empezar por la manipulación genética, produciendo el mismo extraño gen que caracteriza al ganado Belga Azul y a los cerdos Black Exotic. De hecho, se sabe que hay algunos humanos que tienen una supresión del gen de la miostatina, y tienden a estar anormalmente bien musculados. Si empezaras con un niño mutante y le hicieras también levantar hierro (presumiblemente no se podría convencer al ganado y a los cerdos a hacer esto), podrías acabar probablemente con algo más grotesco que Mr. Universo.

La oposición política a la reproducción eugenésica de humanos a veces deriva en la casi ciertamente falsa afirmación de que es imposible. No solo es inmoral, oirás decir, sino que no funcionaría. Desafortunadamente, decir que algo es moralmente incorrecto, o políticamente indeseable, no quiere decir que no funcionaría. No tengo ninguna duda de que, si te pusieras a ello y tuvieras suficiente tiempo y poder político, podrías reproducir una raza superior de culturistas, o saltadores de altura, o lanzadores de peso; pescadores de perlas, luchadores de sumo o velocistas; o (sospecho, aunque en este caso con menos confianza porque no hay precedentes animales) músicos, poetas, matemáticos o catadores de vino superiores. La razón por la que confio en la reproducción selectiva para las proezas atléticas es que las cualidades necesarias son muy similares a aquellas que está demostrado que funcionan en la reproducción de caballos de carreras y caballos de tiro, de galgos y perros de trineo. La razón por la que confío también bastante en la factibilidad práctica (aunque no en la conveniencia moral o política) de la reproducción selectiva para rasgos mentales u otros rasgos exclusivamente humanos es que existen tan pocos ejemplos en los que un intento de reproducción selectiva haya fallado nunca en animales, incluso para rasgos que parecerían sorprendentes. ¿Quién habría pensado, por ejemplo, que los perros podrían reproducirse para el pastoreo de ovejas, para señalar la caza, o para las peleas contra toros?”

Dawkins R. The Greatest Show on Earth. The Evidence for Evolution. Bantam Press, London, 2009, p. 38-39.

Web de Richard Dawkins

Traducción de Iñigo Mujika.

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